Centro de documentación y recursos Down España
Patrocina Divina Pastora Gmp Fundación

Volver

Autonomía Personal -> Sexualidad

Oye: ¡Que eres mi amigo, no mi novio!

  • PALABRAS CLAVE: Familia, Talleres, Sexualidad, Información
  • Autor: José Luís García
  • Fecha de publicación: 03/12/2007
  • Clase de documento: Artículos
  • Formato: Texto

Referencia bibliográfica

  • > Editor: Down España
  • > Nº de páginas: 4
  • > Colección de datos: Revista Down España nº 36-37

RESUMEN:

Es sabida la situación de ocultamiento y negación que han vivido las personas con discapacidad intelectual en general, y aquellas que presentan síndrome de Down en particular, en lo que concierne a su dimensión afectivo-sexual. Si tuviéramos que hacer una síntesis de la actitud social hacia estas personas podría ser algo así como: “eres muy afectivo/a, pero tú no tienes esas necesidades sexuales, eres un niño/a, espera a cuando seas mayor”.

“Oye: ¡Que eres mi amigo, no mi novio!”

ES SABIDA LA SITUACIÓN DE OCULTAMIENTO Y NEGACIÓN QUE HAN VIVIDO LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD INTELECTUAL EN GENERAL, Y AQUELLAS QUE PRESENTAN SÍNDROME DE DOWN EN PARTICULAR, EN LO QUE CONCIERNE A SU DIMENSIÓN AFECTIVO-SEXUAL. SI TUVIÉRAMOS QUE HACER UNA SÍNTESIS DE LA ACTITUD SOCIAL HACIA ESTAS PERSONAS PODRÍA SER ALGO ASÍ COMO: “ERES MUY AFECTIVO/A, PERO TÚ NO TIENES ESAS NECESIDADES SEXUALES, ERES UN NIÑO/A, ESPERA A CUANDO SEAS MAYOR”.

Porque ¿Cuándo son mayores? Para muchas familias nunca, al menos en lo que concierne a las cuestiones afectivas y sexuales. Por ello, no ha de extrañar que la gran mayoría de estos chicos y chicas tengan una extraordinaria confusión entre lo que entienden por  novios/as  y  amigos/as. También se presenta esta confusión en cuanto a lo que es el espacio público y el privado, entre el amor y el sexo, entre el matrimonio y la pareja,…..etc. En muchas familias, estos hechos se viven  con gran preocupación y miedo,  se tienden a negar o se potencian las conductas de carácter más afectivo. La gran mayoría no sabe muy bien como reaccionar adecuadamente.  El resultado final  suele ser optar por no reconocer estas necesidades, hacer como si no existieran.

 

Una información adecuada

Sin embargo, la realidad cotidiana nos acaba evidenciando que  esa no parece ser una buena alternativa. La desinformación  y la confusión en materia de sexualidad caracterizan la situación en la que se encuentran buena parte de estas personas.  Y ello supone un riesgo de salud muy importante. La ignorancia y el ocultamiento no tienen ninguna ventaja. Hace poco una chica síndrome Down nos comentaba, que “hacer el amor era dar un beso a una foto”. Con esa idea de las relaciones  sexuales va a resultar difícil evitar, por ejemplo, los abusos sexuales.

Cada vez es más urgente adoptar iniciativas que ayuden a cambiar progresivamente estas circunstancias, porque la erotización comercial  de la sociedad y los riesgos derivados de una instrumentalización  desmesurada sobre el sexo se incrementan. Con Internet y los móviles de última generación,  el sexo está entre nosotros, en nuestra casa,  omnipresente   a nuestro alrededor de una manera incontrolable. Y no esperemos que las empresas hagan ningún control a este respecto porque uno de sus objetivos es que se consuma al máximo y obtener cuantiosos beneficios de los indefensos ciudadanos. Por tanto las familias deben ejercer ese control. Hay mucho por hacer, pero si tuviéramos que realizar  un listado de prioridades, probablemente una de las primeras sería la necesidad de promover programas de formación tanto para las familias como para los  profesionales.

En este sentido, presentamos una modesta experiencia realizada en León, que quiere ser un punto de partida del trabajo a desarrollar en este sector de la población. En otras muchas asociaciones de todo el territorio español y en Iberoamérica, hemos realizado otras tantas iniciativas, pero en este caso se ha intervenido con chicos/as, familias y profesionales de manera coordinada en dos momentos cronológicos, que sientan las bases para una actuación que se evaluará periódicamente.

 

Una iniciativa pionera

La primera iniciativa tuvo lugar en unas Jornadas generales en 2004, organizadas por Amidown (Down León),  destinadas a familias, profesionales, y también a personas de la calle, ya que se consideró que la sociedad debe conocer como es este colectivo y que está pasando en el mismo, a tenor de que siguen perdurando estereotipos y tópicos imposibles de aceptar.  En aquella ocasión, se sentaron las bases acerca de la necesidad de la educación sexual y afectiva en personas con síndrome de Down. Estas bases se plantearon sobre cuatro ideas básicas: 

a)  Sería deseable llegar a un pacto entre las familias, los profesionales y las instituciones. Esto permitiría estimular procesos e iniciativas de integración y normalización, así como favorecer una relación más estrecha entre estas mismas agencias, y una mayor fluidez y normalidad en el intercambio de información. 

b)  Estamos hablando de personas, hombres y mujeres con sentimientos y emociones, con anhelos y esperanzas, con sensibilidad y sensualidad, con deseos e ilusiones, que necesitan  no solo comprensión, sino atención integral, valiente, decidida y recursos generosos,  que les permitan ser aceptadas y reconocidas como personas en su totalidad, desarrollando al máximo posible todas sus capacidades y  sus potencialidades.

c)  Es preciso reconocer las necesidades  afectivas y sexuales de estas personas,  similares al resto de la ciudadanía, así como  tener una actitud generosa y humana hacia su realidad, creada por una historia llena de discriminaciones y arbitrariedades. Estas personas necesitan afecto, sentirse queridas, tener amigos/as, sentirse importantes, valiosas...etc. Pero también necesitan sentirse atractivas, elegidas, deseadas, seducidas,.. que se les abrace, tener intimidad.. etc., al igual que el resto de los seres humanos.

 d)  En el ámbito de la sexualidad consideramos prioritario promover la formación de las familias y la de los profesionales para que se establezcan grupos  de trabajo y se puedan consensuar programas de intervención y  pautas de actuación. No parece razonable seguir por más tiempo haciendo lo que cada cual considera pertinente, en orden a su ideología religiosa, política o a su propia experiencia personal.

 Las segundas jornadas tuvieron lugar en 2007 y tuvieron un carácter más centrado en las familias y profesionales que pertenecen a la asociación Amidown. Este enfoque como se ha dicho, incluía un tratamiento particular enfocado a los propios chicos y chicas con discapacidad, sus padres y madres y los/as profesionales.

 

Talleres para jóvenes

La necesidad de educación sexual y afectiva para las personas con discapacidad intelectual es algo que parece estar fuera de toda duda, al menos en la teoría. Otra cosa es como se lleva a la práctica. Para nosotros existe la necesidad de ofrecer conocimientos adecuados y científicos a aquellas personas que manifiestan intereses específicos. Para realizar dicha evaluación se solicitó que antes de las jornadas los componentes de cada grupo enumerasen aquellas preguntas que querían hacer, animándoles a hacerlo y asegurándoles  tanto el anonimato como el  compromiso de que se les daría una respuesta adecuada con una total discreción.

 

Preguntas y respuesta

Las preguntas que los chicos y chicas hicieron previas a los talleres fueron el leit motiv de la primera parte de las tareas grupales.  Se presentaron a los padres y madres con objeto de  darles a conocer  los intereses de sus propios hijos e hijas.  La mayoría se referían a temas como los métodos anticonceptivos, el embarazo, el sexo, la eyaculación, la masturbación, el aborto, el abuso sexual, la cesárea, la menstruación, el orgasmo, el kamasutra o la lactancia.

En estos grupos de trabajo pudimos constatar que los chicos y chicas, aunque tienen determinadas informaciones y conocimientos, presentan importantes confusiones en cuanto a la diferenciación entre  escenarios públicos y privados, los diferentes vínculos afectivos y la expresión de emociones y sentimientos. No  tienen experiencia de diálogo normalizado en esta área, ni de preguntar o formular dudas. Se percibe una actitud clara de clandestinización y de “picardía” y existen ideas y creencias erróneas, hacia aspectos como la masturbación o la homosexualidad, siendo patente la desinformación sobre los recursos contraceptivos y el contagio de infecciones  sexuales.

A nuestro juicio, es evidente la necesidad que tienen estos chicos y chicas de información adecuada y profesional. Tenemos la obligación de  atender estos intereses de naturaleza afectivo-sexual, para que tengan  unas nociones de aspectos básicos como la higiene corporal y sexual, conocimientos ante un posible abuso sexual y la expresión adecuada de determinadas conductas afectivas. En algunos casos la información del uso de preservativo  debería ser absolutamente necesaria.

 

Talleres de padres y profesionales

Estos talleres abordaron la pertinencia de  reconocer las necesidades  afectivas y sexuales de las personas con discapacidad intelectual y la necesidad de apoyar los procesos e iniciativas de integración y normalización,  incluyendo la sexualidad y la afectividad.

Es necesario fomentar espacios de relación y amistad entre estas personas y de intimidad en parejas con estabilidad afectiva. Las restricciones y controles sistemáticos sobre las mujeres con discapacidad intelectual, deben analizarse y debatirse con amplitud  de miras. También es importante ofrecer  información a aquellas personas que manifiestan intereses de naturaleza afectivo-sexual, bien de manera individual o grupal primando la homogeneidad en lo que respecta a capacidades cognitivas, habilidades, necesidades…etc.  Si bien cada persona tiene sus necesidades y capacidades, recomendamos atender  a aquellas que manifiestan explícitamente  algún tipo de comportamiento sexual o afectivo.

Proponemos que si lo desean, puedan desarrollar algún tipo de satisfacción sexual de carácter individual, dentro de unas condiciones  adecuadas de intimidad, que sean capaces de expresar adecuadamente  y en condiciones de intimidad su vivencia sexual y afectiva, que tengan capacidad para decir no a prácticas sexuales no queridas y aprendan a autoprotegerse de los abusos sexuales. Por otro lado, en el caso de existir relaciones de pareja con un cierto grado de estabilidad, mutuamente aceptadas, y con vínculo afectivo,  consideramos deseable  cuidarlas, comprometiéndose en su apoyo y  facilitándoles espacios de intimidad.

 

Cuando algo no va bien

Ante una conducta sexual inapropiada, deben establecerse pautas profesionales de actuación para que se puedan expresar adecuadamente esas conductas. Hay determinadas conductas que deben ser objeto de atención por parte de los profesionales. Éstas son, entre otras: preguntas, comentarios, expresiones y gestos corporales excesivos, y fuera de lugar, sobre sexo; uso de material pornográfico;  exhibición y/o desnudez en público; masturbación en un espacio público; manifestaciones sexuales compartidas: heterosexuales, homosexuales, bisexuales;  abusos sexuales; caricias y relaciones de afecto-enamoramiento con profesionales y otras conductas sexuales (parafilias, prostitución, abusos con personas ajenas al centro…).

Aquellas  personas que tienen o pueden tener actividad sexual, deben autoprotegerse y deben recibir protección por parte de su entorno. En este sentido el uso sistemático de métodos anticonceptivos eficaces es una clara necesidad para personas en situación de riesgo. En algunos casos muy concretos habrá de valorarse el aprendizaje de la masturbación de manera adecuada, siendo el padre o el hermano, en el caso del chico (o la madre , hermana en la de la chica),  las personas más idóneas para abordar  esa tarea, incluyendo la utilización de material audiovisual.

Si bien los castigos y prohibiciones, como recurso para anular y reprimir estas necesidades han sido, con frecuencia, medidas utilizadas por las familias y los profesionales, desde nuestra perspectiva deberían ponerse  en cuestión porque tienen consecuencias negativas y son de dudosa eficacia en su finalidad de anular la motivación sexual.

Para finalizar, nos parece pertinente constatar la reflexión de una profesora que considera que  “estos chicos buscan algo  más allá del desahogo puro y duro, puesto que estamos hablando no sólo de sexualidad sino también de afectividad en el sentido más amplio de la palabra. Quiero pensar que la represión les empuja en algunos casos a valorar una caricia, un beso, un abrazo, más de lo que algunos, que gozamos de la libertad sexual, llegaremos a apreciar”.

 

José Luis García

Doctor en Psicología y especialista en  Sexología

Tel. 948 198334.
E-mail: jlgarci@telefonica.net

 

Es preciso reconocer las necesidades afectivas y sexuales de estas personas, similares al resto de la ciudadanía, así como tener una actitud generosa y humana hacia su realidad, creada por una historia llena de discriminaciones y arbitrariedades

Proponemos que si así lo desean, puedan desarrollar adecuadamente, y en condiciones de intimidad, su vivencia sexual y afectiva. Que tengan capacidad para decir no a las prácticas no queridas y aprendan a autoprotegerse de los abusos sexuales

 

VER DOCUMENTO ORIGINAL

ColaboraParadoresLex NovaFundación Lex Nova

© Down España 2008
C/ Machaquito, nº 58 - 28043 - Madrid (España)
Tel.: (+34) 917 160 710 - Fax.: (+34) 913 000 430

AVISO LEGAL · CONTACTO