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RESUMEN:
El experto en salud de DOWN ESPAÑA incide en la importancia de llevar un control específico cada vez que se realice una analítica a una persona con esta discapacidad
Noticia
Controlar la tiroides es vital para las personas con síndrome de Down
El experto en salud de DOWN ESPAÑA incide en la importancia de llevar un control específico cada vez que se realice una analítica a una persona con esta discapacidad.
La importancia de la tiroides
La tiroides es la mayor de las glándulas endocrinas del organismo, y está situada en la parte anterior del cuello, en su base. Produce hormonas tiroideas para lo cual necesita yodo, un elemento que sólo se adquiere con la ingesta de este mineral.
Estas hormonas participan en multitud de procesos que afectan a todo el organismo, entre los que se encuentra el metabolismo de minerales, vitaminas, grasas, proteínas e hidratos de carbono. Todo ello resulta determinante en el crecimiento y en el desarrollo (talla y peso) de las personas, y es decisivo en el normal funcionamiento de todos los órganos, pero especialmente del corazón y el sistema nervioso. Un adecuado nivel de estas hormonas es primordial para el ser humano.
En el síndrome de Down se suelen dar dos casos relacionados con la tiroides: hipotiroidismo, que es cuando disminuye el nivel de esta hormona (la situación más frecuente) e hipertiroidismo, cuando se produce un aumento de actividad de la glándula tiroidea.
Hipotiroidismo
Esta situación se presenta hasta en el 40% de las personas con síndrome de Down a lo largo de su vida y puede comenzar a cualquier edad. Su mayor riesgo es que no se manifiesta, lo que complica su detección a no ser que se realicen pruebas para su diagnóstico.
En las etapas de crecimiento del niño, si no se detectan los síntomas y no se toman medidas para nivelar la hormona, el daño puede ser irreparable pudiendo conducir a una discapacidad intelectual severa y a un retraso en el crecimiento y el desarrollo psicomotor. También puede originar complicaciones cardiocirculatorias.
Hay que ser consciente que el hipotiroidismo puede aparecer en cualquier momento de la vida por lo que resulta imprescindible que el médico lo tenga presente siempre que atienda a un niño, adolescente, adulto o anciano con síndrome de Down ya que si se detecta a tiempo es posible contrarrestar algunos de sus efectos adversos. Por tanto siempre que se realice una analítica a la personas con síndrome de Down debe solicitarse también una analítica específica de hormonas tiroideas.
Señales de alarma
Debemos tomar como posibles señales de alarma de un hipotiroidismo los siguientes síntomas:
· Obesidad.
· Tendencia al cansancio.
· Piel fría y seca.
· Mala tolerancia al frío.
· Fragilidad en uñas y cabellos.
· Lentitud en movimientos y reflejos.
· Somnolencia.
· Estreñimiento.
· Hinchazón por retención de líquidos.
Es importante saber diferenciar estos síntomas de las manifestaciones propias de la trisomía 21 con las que pueden llegar a enmascararse.
El hipotiroidismo también puede provocar los siguientes síntomas psíquicos:
· Lentitud de los procesos mentales.
· Retrocesión en las habilidades previamente adquiridas.
· Aislamiento.
· Tristeza.
· Tendencia a la depresión.
Tratamiento
El tratamiento consiste en la administración de hormona tiroidea a dosis adecuadas a cada persona.
El coste del tratamiento es de aproximadamente 1 céntimo diario en niños y de 5 a 7 céntimos al día en adultos.
Cuando la hormona tiroidea aumenta su actividad: el hipertiroidismo
Es el incremento en la actividad de la glándula tiroides que provoca un exceso de hormonas tiroideas. En este caso, el análisis rutinario no resulta imprescindible pues la enfermedad presenta manifestaciones clínicas que permiten su apreciación y diagnóstico.
Comparte con el hipotiroidismo el síntoma del cansancio pero sin embargo el resto de síntomas son opuestos: adelgazamiento, piel húmeda y caliente, mucha sudoración, mala tolerancia al calor y al ejercicio físico, pulso rápido, nerviosismo, insomnio y reflejos exaltados, entre otros. En niños se aprecian con relativa frecuencia nerviosismo, debilidad muscular y pérdida de peso.
El tratamiento consiste en antitiroideos (cuyo coste resulta bastante económico), aunque se pueden valorar otras medidas dependiendo de cómo sea la evolución del paciente.
En el caso del hipertiroidismo es más fácil que pueda revertir.